TELAS DE CEBOLLA El universo es un chiste de lo general A expensa de los particular, Acotó FRATER PERDURABO, y rió Pero los discípulos más cercanos a el Lloraron, visualizando la pena universal, Aquello cercanos a ellos, rieron, viendo el chiste universal.... Bajo estos, ciertos discípulos lloraron, Luego, otros rieron Luego otros lloraron, Después otros rieron Luego otros lloraron Finalmente estaban aquellos Que lloraron porque no podían ver el chiste, Y aquellos que rieron por si alguien pensara que no vieron el chiste Y pesaban que era más seguro actuar como FRATER PERDURABO Pero aunque FRATER PERDURABO reía abiertamente, él al mismo tiempo, lloraba secretamente; y El ni si mismo Ni rieron ni lloraron Ni tampoco él creía lo que había dicho.
ALEISTER CROWLEY, “El libro de las mentiras”, 1913
* traducción por Claudio Pereira